miércoles, 17 de diciembre de 2008

Curiosidades de Buenos Aires

¿Dónde queda la calle techada de la ciudad?

Muchos la suelen ver, pero raramente notan precisamente que es una calle con techo. No es un pasaje subterráneo que cruza debajo de la 9 de julio, sino que se encuentra en Arenales y Coronel Díaz. El techo, precisamente, son los pasillos del centro de compras "Alto Palermo". Aquí funcionó la cervecería “Palermo" hasta 1978. Cuando se proyectó la construcción del centro comercial, se procedió a la apertura del tramo de la calle Arenales hasta Bulnes, hasta ese momento inexistente por la presencia de la fábrica.
Se recurrió a una figura del Derecho, denominada "servidumbre de paso", mediante la cual la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires obtendría la apertura de la calle, y los propietarios del "Alto Palermo", el usufructo de la parcela, por debajo y por encima de ella. Así también le dieron a Buenos Aires un elemento paisajístico.

Otras curiosidades

La avenida Olivera, en Floresta, ocupa el antiguo trazado del tranvía a vapor del Oeste, que comenzó a circular en 1901. Partía desde Rivadavia y Olivera y llegaba hasta Mataderos.

La calle Charcas entre Coronel Díaz y Salguero, Palermo, lleva ese nombre sólo en la vereda impar. En la par se llama República Dominicana.

La calle Chile, en su nacimiento en Paseo Colón, en San Telmo, presenta un trazado irregular. Es que por allí desembocaba el Tercero del Sur, uno de los arroyos que enmarcaba a la ciudad. A uno de sus brazos se lo llamaba zanjón de Granados o del Hospital, desagotaba por la calle San Lorenzo.

El arroyo del Sur nacía en los alrededores de la plaza Constitución, y fue durante muchos años el límite sur de Buenos Aires, ya que era muy dificultoso atravesarlo por los brazos que tenía y por el caudal de agua que a veces solía arrastrar. Fue cegado en la década de 1870, como consecuencia de la nefasta epidemia de fiebre amarilla que se abatió sobre la ciudad.

Pasajes

La mayoría de los pasajes surgió como un negocio inmobiliario, principalmente a fines del siglo XIX. Se construían edificios y entre ellos se dejaba el lugar para el futuro pasaje, que le daba al lugar un “aire parisino". Este detalle hacía subir el valor de las propiedades. En cuanto a su diseño, los pasajes pueden tener, entre otras, la forma de ele, de U, ser pasantes cuando atraviesan la manzana, o terminar en “cul de sac” (callejón sin salida)
En lo que se refiere a su accesibilidad, los pasajes pueden ser peatonales; vehiculares y peatonales; privados, de acceso restringido o de acceso libre. Desde hace unos años, por razones de seguridad, muchos pasajes se enrejaron y no permiten la entrada de peatones ajenos a las viviendas.